Me hizo mucha ilusión cuando los propietarios del Jardí de l’Abadesa se pusieron en contacto conmigo, mi colegio estaba muy cerca y crecí viendo cómo lo creaban de cero. Esta vez yo formaba parte de esa evolución, el briefing estaba muy claro: no podían cambiar la estructura, pero querían que la sensación de jardín estuviera más presente por todas las mesas del restaurante. Una cuidada selección de macetas que encajaban con el estilo del restaurante y una colección de plantas medicinales y comestibles y ajustar el sistema de riego a la nueva instalación, han sido los pilares del proyecto. A veces con poco, ¡consigues mucho!

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